
Fernando Figueroa es doctor en Historia de arte y desde 1995 desarrolla una carrera vinculada a la cultura marginal, investigando y divulgando el Graffiti en el mundo hispanico. Ha publicado muchisimos libros, colaborado con varios medios y revistas, es también artista gráfico y plástico, novelista y actor en el campo del clown, la máscara, el bufón, el teatro social y la improvisación.
Contactamos con él y nos cedió su tiempo para contestar a esta entrevista que esperemos os guste y os resulte interesante, en un principio la idea era que saliera en un nuevo fanzine " en construccion" pero como la idea está todavía en el aire nos pareció justo agradecerle su tiempo publicandolo en este espacio que no es solo un blog musical, porque el esfuerzo y el tiempo de una persona se merecen respeto y una cierta puntualidad.
Dicho esto, agradecerle otra vez a Fernando habernos brindado la posibilidad de entrevistarle y que siga con sus investigaciones y su buen trabajo. Os dejo con la entrevista de Arturo a Fernando.

1) ¿Cuál
es tu primer contacto con los grafitis y cuándo comienza tu pasión por ellos?
Fue a partir de mi doctorado, cuando se me propone el tema
para realizar mi tesis doctoral. Ya antes me había fijado, incluso en el
instituto le dije a una amiga en broma por 3º de BUP que si llegaba a estudiar
la carrera haría una tesis sobre el Graffiti. Fue un modo, en cierta manera de
impresionarla, era hermana de un grafitero de Entrevías, Slow, pero parece que por
extraños caminos las palabras te comprometen a la larga. Pero, en verdad, fue
en mis estudios de doctorado cuando asumo la tarea, con más ilusión que
conocimiento todo hay que decirlo. Luego ahondas, el tema te engancha y no
puedes dejarlo porque a través de él vas comprendiendo un poco más y mejor el
mundo que te rodea, y te sitúas en una periferia cultural que te fascina,
posiblemente por ser chico de barrio. También cuenta que entre los
historiadores que se dedican a la investigación el sentirse pionero de algo
anima mucho y este era un campo bastante virgen en España.
2) Has
escrito varios libros sobre temas varios relacionados con el grafiti; en tu
último trabajo “El grafiti de firma” haces un recorrido histórico-social de
ayer y hoy, desde los primeros dibujos en las cuevas de la prehistoria hasta
los primeros tags de los barrios neoyorquinos pasando por todas las etapas y
épocas del curso de la humanidad. ¿Qué hilos has movido y cuánta gente ha
colaborado para recopilar toda la información que contiene el libro?
En este caso, ha sido un libro fundamentalmente de
divulgación, un ensayo, en el que no ha hecho falta más que consultar fuentes
documentales y elaborar un sistema que interconecte diferentes asuntos de un
modo coherente. Sin embargo, para que funcione un libro así hace falta trabajar
sobre estudios serios y sólidos. En cierta manera, sin tener un bagaje
acumulado en la materia y sin la experiencia adquirida en estos años no habría
sido fácil de interrelacionar diferentes áreas culturales y momentos
históricos. El libro se configura en sí mismo como un homenaje a todos los
investigadores del Graffiti de ayer y de hoy.
3) ¿Crees
que este libro podría gustar por igual a un historiador, un sociólogo o a un
chico de barrio de tendencias callejeras?
Claro que sí. Depende de su interés por la historia y su cultura,
y de su apetito por conocer. El lenguaje ha procurado ser asequible para
cualquiera, hasta donde la propiedad de las palabras y de la expresión lo
permite. Está pensado para una lectura ligera, aunque prolija.
4) ¿En
qué sitios se puede comprar y que repercusión está teniendo?

5) Haces
mención a un buen numero de “writers” del Madrid de los 80’s : Rompe, Suso 33,
Mito, Juan Manuel, Bleck (La Rata)
etc… Supongo que para documentarte habrás conocido personalmente a algunos de
ellos; no quiero que esto pueda parecer una pregunta de prensa rosa ni pretendo
meterme en los asuntos de nadie, pero en términos generales ¿Cómo ha cambiado
la vida de estos personajes, se arrepienten o se enorgullecen de su pasado?
Sus actitudes son muy diversas, pero de entre los que he
conocido la gran mayoría volvería a hacerlo. Guardan con deleite bellos
recuerdos y anécdotas de sus andanzas grafiteras. Incluso, los que por razones
de la vida lo han pasado mal, añoran con nostalgia aquellos momentos de
felicidad y plenitud que les dio el Graffiti o, por otro lado, en su retorno al
Graffiti han encontrado un salvavidas, un refugio amigo que les ayuda a estar
consigo mismos y centrar su proyecto vital.

Por supuesto, pero es una gran responsabilidad. De momento,
aún creo que debe documentarse más y mejor su carrera como escritor de graffiti
y que yo, personalmente, considero que no debe desligarse de su vida como
rockero.
7) Hablando
de grafitis y literatura. ¿Qué opinas de la novela de Arturo Pérez Reverte “El
francotirador paciente?
Pues en el fondo nada, pues no la he leído. En todo caso,
comprendo que a una novela no se le puede exigir, de primeras, otra cosa más
que funcione como novela. En este sentido, su verosimilitud, más allá de lo
sugerente de la trama, debe de estar fundada en una buena documentación. Ahí
entra en juego el aproximarse a ese mundo y sus protagonistas o la consulta de libros
como el mío o de otros investigadores. De todos modos, a veces la realidad
documentada está teñida a menudo de leyenda urbana, y sorprende más que lo que
te puedas encontrar en un libro de ficción. En verdad, la tentación de escribir
una novela sobre este mundo es fuerte, pese a los riesgos de fracasar, ya que
tiene sobrados ingredientes para dar pie a una fantástica historia.
8) Cualquier
subcultura va siempre acompañada de buena música y es algo que también queda
reflejado en el libro. ¿Cuál sería la banda sonora ideal para “El grafiti de
firma?
Empezaría con algún tema goliardesco, en recuerdo del
gamberrismo cultural de la
Edad Media, que lo hubo y mucho. Me gustaría algún tema
musical en referencia a la Pompeya
antigua, pero no conozco ninguno apropiado. Luego ya tomaría sin demora la
senda del siglo XIX y XX con algún tema de jazz y de blues para abrir boca, por
los felices años 20 y los tiempos duros de los años 30 en alusión a bohemios y
trotamundos. Después escucharía algo de swing por los muchachos que combatieron
contra el nazismo y el fascismo y emprendieron con su “Kilroy was here” una
nueva era del grafiti. Y ahora vendría lo fuerte, pasaría directamente a la
contracultura de los 60 y 70, algún tema de John Lennon, The Who, Pink Floyd o
The Clash. En cuanto a B.S.O. incluiría la
de películas como A Hard Day’s Night,
American Graffiti, The Warriors o Wild Style.
9) Imagina
que llega un día que la sociedad ve el grafiti como un arte. Todos los ayuntamientos
crean espacios para que todos los grafiteros puedan expresarse libremente en
estos lugares y ya nadie pinta en las calles, en el metro, en lugares públicos,
etc. ¿Esto sería un triunfo?
Sería otra sociedad con otra forma de hacer las cosas. En
todo caso, especular no sirve de nada si no somos conscientes de los factores
en juego, además considero que una cosa es el medio y otra la dimensión artística.
No todo lo pintado es pintura y menos, siendo pintura, es arte, y por la misma
regla no todo lo grafiteado es arte. No obstante esa visión del grafiti como
arte no es algo del mañana, podría decirse que es algo del pasado. Entre sus
practicantes tal apreciación ya cuajó en los años 80. Sin embargo, aprecio que
hay ahora cierto distanciamiento de ese objetivo, posiblemente como modo de
distanciarse de los artistas urbanos, tratar de marcar diferencias. Pero el
Graffiti artístico es un rato, yo soy incapaz de negarlo. En el libro doy
algunos argumentos para defender ese criterio artístico y comento cuestiones
como la permisividad de otros tiempos en que el grafiti era algo sobre lo que
no se legislaba.
10) Después de
leer tu libro me compré un spray e hice unas pintadas. ¿Has cumplido un
objetivo o simplemente soy idiota?
El objetivo principal del libro es abrir más los ojos al mundo
que te rodea, sensibilizar al individuo y a la sociedad más plenamente acerca
de la presencia de diferentes facetas de nuestra cultura y, por tanto, de lo
qué es y en lo que participa sin saberlo. Nacemos con poco tiempo y capacidad
para comprender toda nuestra sociedad. Morimos sin saber de la misa la mitad,
con más dudas que respuestas. Es así. Pero jamás hay que perder la capacidad de
hacerse preguntas, de curiosear, de aguzar el espíritu crítico y maravillarnos
por todo lo que hay ahí afuera de nosotros, aunque pueda asustarnos.
11) ¿Es mejor
una buena firma en la pared o una firma en un buen contrato editorial?
Es mejor siempre saber qué y dónde se está firmando y qué
supone para uno y que le acarrea. Lo importante es hacer las cosas con
consciencia, voluntariamente y sin obligación. Posiblemente firmar en una pared
es firmar un contrato consigo mismo sin más cláusulas que respetarse a uno
mismo frente a los demás.
12) Gracias por
la entrevista, añade lo que quieras.
Ha llegado el fin del “hombre blanco”. Esa gran quimera que bajo
la pomposa etiqueta de “la civilización” ha destrozado la belleza del mundo
como tesoro de la Naturaleza
y nos sume en un mundo de alma vacía, osamenta gris y pellejo tornasolado. Es
tiempo de volver sobre nuestras huellas y reconciliarnos con nuestro lado
silvestre y perder el miedo a la libertad. Como digo en el prólogo: “La historia del grafiti de firma es en parte
la historia de ese “hombre blanco” que reniega de sus cadenas y prefiere bailar
entre lobos antes que ser oveja”. Somos una vértebra más de la Naturaleza, no el
eslabón sin más de una cadena de producción y consumo que trata de hacernos
culpables o estúpidos por no formar parte de ella. El ser humano debe liberarse
de sí mismo para ser feliz.
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